sábado, 28 de junio de 2014

Siempre en nuestro corazón...



   




        Eras de las personas que a tan solo cinco minutos de haberte conocido, ya te habías metido en nuestro corazón. Estoy completamente segura que al igual que yo, todo el mundo piensa eso de ti.

Brillabas con luz propia. Una luz radiante que transmitía entusiasmo, felicidad. Una luz que aún perdura, que sigue brillando muy fuerte. La vida tuvo momentos en los que no te trató bien pero pese a ello, tú supiste sacar la fuerza necesaria para que ningún revés consiguiera quitarte tu bonita sonrisa. Tu eterna sonrisa… Al revés, supiste valorar cada minuto que viviste acompañándolo con unas ganas de vivir realmente admirables.

Ejemplo a seguir en todos los aspectos. Una mujer con una calidad humana impecable. Íntegra en toda ella; compañera, amiga, esposa, una profesional que le daba significado a la palabra “maestra”… Madre… Hay tantos adjetivos que podrían calificarte…
Madre… madre ejemplar de tus hijos, pero madre de tantos y tantos otros… Eran tus niños los que te daban la vida. He escuchado esa frase tantas veces de ti… no importaba los problemas que hubiera, te metías en tu cole rodeada de tus niños, y las preocupaciones se esfumaban.
Nos has cuidado a todos. No solo a tus niños del cole. Cuidabas a nuestros niños, pero también nos cuidabas a nosotros. A tus amigos, a tus compañeros… a todas y cada una de las personas que estaban a tu lado. Y eso es algo muy valioso, porque eran muchas, muchas…

Pese a los duros momentos que estamos viviendo, es inevitable pensar en ti y no sonreír. Recordar tu sonrisa… Siempre inquieta, pendiente de todo y de que todo estuviera bien. Que estuviera bien hecho. No sé cómo lo hacías, pero conseguías estirar el día para poder hacer tantas cosas… Y siempre acompañadas por algo, entusiasmo.

Es un orgullo el hecho de que esta vida nos diera el privilegio de haberte conocido. De que formáramos parte de ti. Porque personas como tú, marcan. Y mucho. Porque eres un ejemplo a seguir.
No te has ido, mi querida amiga. Las personas se van cuando se las olvida. Y tú estás en el corazón de muchísima gente. Y ahí estarás por siempre. Porque ese lugar te lo has ganado a pulso.
Sigue cuidándonos como has hecho siempre, aunque de sobra sé que lo seguirás haciendo. Y que tu recuerdo y todo el legado que nos has dejado nos ayude a sobrellevar tu ausencia.
Tan solo queda decirte algo, allá en dónde estés… GRACIAS. Gracias por ser como eras, por habernos querido tanto. Por habernos dado una lección de cómo SENTIR cada día, cada momento… Te colaste en el alma de mucha gente y allí seguirás viviendo… No te vemos, pero te sentimos.
Sé que no quieres vernos tan tristes, pero entiéndelo, es inevitable… Tu entereza y tu fuerza nos ayudarán a seguir hacia delante, como tú nos enseñaste…
Te podremos sentir, con tan solo cerrar los ojos. Y para verte, tan solo tendremos que mirar a tus dos hijos.
El alma de las personas nunca desaparece. Y todo lo bueno que decimos sobre ti sale desde lo más profundo de nuestra alma. Así que con tan solo cerrar los ojos podremos sentir ese abrazo tan grande que nos estás dando, con tanto cariño… con tanta ternura…

Nos faltan palabras para poder expresar todo lo que nos has dado.

Te queremos mucho. Llévate todo este amor y amistad allá en dónde estés.

Nuestro abrazo más cálido y repleto de cariño para toda su familia. En mi nombre y el de todas y cada una de las personas que la queríamos y la apreciábamos.

Nunca te olvidaremos…




1 comentario:

  1. Que bonito y que cierto de las pocas personas que con solo verla por las mañana trasmitia alegria a todos compañeros, niños y padres, tan solo verla aparecer con su coche de verdad se notava que vivia para los niños y por los niños

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