¡Como pasa el tiempo de rápido! ¡Madre mía! Si parece que fue ayer cuando éramos nosotros mismos los que jugábamos y correteábamos por el patio del recreo. En nuestro centro muchos de los padres que hoy llevamos a nuestros hijos al colegio, hemos estudiado y crecido en él. Y a veces, pues como que nos entra la nostalgia al recordar los momentos vividos entre aquellos muros.
Aun tengo un vago recuerdo de las “clases viejas”. Eran un par de clases de planta baja que estaban situadas frente al actual edificio del cole.
Del actual edificio, puedo decir que ha habido pocos cambios. Lo más notable, en cuanto a cambios se refiere viene siendo la parte del pabellón, que antes era una zona que estaba sin cubrir y que utilizábamos para todo.
Recuerdo los campeonatos de baloncesto y balonmano que se hacían, y que se competía con otros colegios de la localidad.
Profesores, unos han estado de paso, y otros aun perduran, pero todos han dejado su huella. Esa huella, que junto con la que dejaron los antiguos alumnos y los actuales, así como el trabajo de algunos padres hacen del centro lo que es.
Entonces íbamos también por la tarde. El horario habitual era de 10 a 1 del mediodía y de 3 a 5 por la tarde. Y en septiembre y junio solo de 10 a 1. No había asignaturas del tipo de educación a la ciudadanía y lo que hoy es conocimiento del medio para nosotros son las sociales y naturales de siempre.
¡Somos la generación del E.G.B.! Esa, la cual cuando salíamos del cole nos íbamos a casa y preguntábamos -¿Está preparada la merienda?- Y tu madre te daba o pan con chocolate o una cata de Nocilla. Nosotros vivimos la generación del “Barrio Sésamo”, “La bola de cristal”… y quién no recuerda cuando a Sabrina se le salió algo bailando “boys, boys, boys” en una gala de nochevieja. Aquel hecho se estuvo comentando hasta el mes de marzo por lo menos. Y que de tardes grabando con las amigas las canciones favoritas de la radio en la cintas de 90 de TDK, y que decir de los videos BETA.
Pues así a lo tonto, ya han pasado unos cuantos años… y quién sabe… lo mismo que ahora esperamos en la puerta de la calle para recoger a nuestros niños, lo mismo lo seguimos haciendo dentro de unos años… pero esta vez como abuelos.